Els Pastorets de l'Hospital

Utilizo este espacio para dar Gracias. Ayer estuve, como cada año y desde que soy una niña, en la representación que los trabajadores del hospital hacen de la obra Els Pastorets, versionada por el genial Josep Mª Folch i Torres.

Es una representación llevada a cabo por aproximadamente 130 personas, ninguna de ellas profesional y acompañadas por la coral, también amateurs en el arte del canto.

He de deciros que no falto nunca a la cita. Desde que soy pequeña he creído que Els Pastorets son la llegada de la Navidad. Ahora que soy mayor, disfruto aun más con la obra. Es larga, sí, pero me encanta. A veces, reconozco los diálogos y también las piezas que interpreta la coral, y me gusta. Es un acto familiar, al que los trabajadores del centro, amigos y familiares se acercan para pasar un día en familia. Alucino viendo los niños con esa cara de perplejidad al ver al gran Satanás. Este papel, interpretado por un cardiólogo, es imposible que se pueda desprender de él el resto del año, pues al igual que yo, todos los que hemos crecido pensando que él era el mismo demonio, no podíamos dejar de asustarnos al ver al médico pasear por los pasillos con su bata blanca y su gran amabilidad. ¿Estaría infiltrado en nuestras vidas para hacer el mal? Todavía hoy cuando le veo, pienso en su capa roja y la barba llena de purpurina a juego con su pelo cano.

De la coral, todo es poco. Son personas que aun sin ser cantantes, deciden envalentonarse y dar un concierto que no deja indiferente. Son melodías que acompañan la trama de la obra y que hacen aun más ameno el espectáculo.

En definitiva, es todo un acontecimiento que nos hace reencontrar. Hace que conozcamos a nuestras familias, que disfrutemos juntos de un día especial y que nos deseemos una Feliz Navidad.

Hasta el año que viene familia. Y gracias.