Lotería de Navidad

Y resulta que ya pasó. Tanto tiempo esperando, soñando despierto para vislumbrar el magnífico futuro que podríamos tener, invirtiendo dinero e ilusiones, muchas ilusiones.

El Gordo de Navidad pasó. La lotería, no sin los frikis de turno que pasan la mañana ataviados cual mono de feria, no sin los niños del Colegio San Ildefonso vestidos con sus inmaculados uniformes, no sin las decenas de periodistas que siguen el evento, no sin los cientos, puede que miles de seguidores que se levantan pronto para ver la televisión u oír la radio en ese día.

Y yo, que he de reconocer que juego como la primera y me encanta el acto en sí, me hago alguna que otra reflexión:

- ¿Es necesario que acudan en directo todos esos personajes vestidos con trajes hechos con billetes de 500€ falsos, maquillados y peinados como si estuvieran en Carnaval?

- Esto ya no es lo que era. Los niños más pijos del País, resulta que también son negros y árabes, y de todos los colores!!! Eso es integración, y no lo que llenan las bocas de algunos políticos. Cuando los inmigrantes llegan a las capas altas de la sociedad es cuando podemos empezar a hablar de total integración.

- Este es el juego de azar que más dinero mueve en el País, ¿será que sin el Gordo no habría Navidad? Puede que este sea el inicio oficial y no las luces que brillan desde principio de mes.

Yo como juego, pues algo gano, y al menos me consuela saber que se ha quedado en lo comido por lo servido, y eso ya es algo.

Y además, los míos tienen mucha salud. Hasta el año que viene.