Hoy nos vamos de compras. Mi hijo me ha pedido por activa y por pasiva que le compre petardos para celebrar San Juan. Él, que de autoestima y autoconfianza anda sobrado (léase post anterior y se entenderá por qué), dice que quiere petardos de los que más suenan, de los fuertes!
Ya me lo imagino! 5 años y algo más de un metro de altura escondidos tras mis piernas al oír los ruidos y ver las luces de colores que los mayores queman estos días de verbenas...
Y sabéis qué? Orgullosa. Muy orgullosa:
- por que es atrevido y confia en él, a priori.
- por que es inteligente y si se excedió en confianza después recula y asume que le da miedo y no pasa absolutamente nada.
- por que es generoso y ha decidido gastar parte de sus ahorros en colaborar con la compra.
- por que es respetuoso con las normas y me pide que yo elija de la revista los petardos que son para los ninos y niñas de su edad.
- por que es humilde y cuando le doy a elegir entre 5 ó 6 opciones, elije solo 2 y dice que ya tiene bastante.
- por que es paciente y sabe guardar los tiempos, y aunque él deseaba hace días salir en busca de su preciado tesoro, ha sabido esperarse hasta hoy que es cuando acordamos que haríamos la compra.
Os podéis imaginar que podría pasar horas hablando maravillas de Àlex pero, lo voy a dejar aquí por hoy. Aunque ya os advierto, que a una madre orgullosa de su hijo, es difícil pararla con un teclado en las manos y un blog en propiedad! Sed comprensivos...
1 comentario:
Los petardos los carga el diablo, por eso a mi sí me dan miedo :(
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