martes, 23 de junio de 2015
Agrio amanecer
Me levanto con la mala noticia de la ruptura de un matrimonio. Uno de esos aparentemente sólidos, de muchos años, de hijos adultos en común, de vida estable y acomodada y de no parecer que necesitaran más.
Un matrimonio modélico, formado por dos personas admiradas por mi, aunque por diferentes aspectos. Ella por su exquisita educación y saber estar y él, por su brillante intelecto y profesionalidad.
El desamor no discrimina. Llega a todas las casas sin distinción. Nada es inmune a él...
No quiero, pero me cuesta. Cuando alguien a quién quieres desde hace tanto pasa por ello, duele. Y lo único que puedo hacer es estar, de la misma manera que ella estuvo.
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2 comentarios:
Ha estos amaneceres nadie estamos exentos a ellos.Por eso tenemos q disfrutar minuto a minuto.
Así es amigo: CARPE DIEM!
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