La vida es curiosa. Yo no creo en eso del destino, ni de las casualidades, sino que pienso que la vida, el camino que uno anda, se lo va trazando poco a poco. Es evidente que ese camino está lleno de árboles que las características de tu entorno condicionan: tu país, tu ciudad, la lengua, la cultura, la religión incluso la raza. Pero quiero creer que soy dueña de mi vida y no una marioneta del azar.
A veces, y sin querer, te encuentras gente en el camino que te llenan de alegría. Ya no hablo de la pareja pues seguramente es una elección más que un encuentro (aun contando que esa elección se hace en el marco de un encuentro en nuestra vida diaria) sino de los amigos.
La edad, la condición y la distancia no dificultan ni se interponen a una verdadera relación de amistad. Eso es lo que siento.
Pueden pasar los meses y podemos vivir a más de mil quilómetros de distancia, pero no hay acontecimiento importante de mi vida que te pierdas. No hay pereza para coger un avión y permitir que disfrute de tu complicidad un fin de semana. No sé porqué, te entiendo y me entiendes y te siento muy cerca.
Quiero que sepas, pues creo no habértelo dicho nunca, que aunque el futuro nos depare otro camino, tú siempre estarás en el mio y que siento de corazón que eres parte de mi familia. Te quiero.
1 comentario:
Gracias prima, tu sabes que yo tambien te quiero mucho.
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