Según los datos oficiales el paro ha subido en el pasado mes de abril, un mes tradicionalmente dinamizador del empleo. Es el primer dato negativo en casi un cuarto de siglo, ya que eleva a 2,3 millones de personas la tasa de desempleo en España.
Todo ese gran esfuerzo, ahora se queda en nada. No hay trabajo y por supuesto, menos para él. ¿Debería volverse a casa, a su país, y perder todo el dinero, el esfuerzo y la dignidad invertidos? ¿Debería seguir intentándolo en otros trabajos que sabe de antemano no se encuentra capacitado para realizar? Puede que la solución sea seguir arriesgando, viajar por nuestra geografía hasta llegar hasta donde encuentre un mejor futuro, aunque sea fuera de la ansiada península.
Pero las desgracias nunca vienen solas, y sobretodo, si perteneces a eso que algunos políticos llaman "colectivos con riesgo de exclusión social". Se trata de personas que perciben la renta mínima de inserción, internos o ex reclusos, drogadictos y alcohólicos en vías de desintoxicación, víctimas de violencia por razón de sexo y por supuesto los inmigrantes.
Cuando la economía no va bien, todos ellos son los primeros que lo perciben y sobretodo que lo padecen.
Intentaba pensar en qué puede pasar por la cabeza de alguien que ha invertido todos los ahorros de su familia para poder pagar a un estafador que le ha prometido traspasar el mediterráneo en patera con un falso contrato de trabajo en España. Que después de pasar mil y una calamidades, conseguir superar la arriesgada aventura de cruzar el estrecho en una pequeña e insegura embarcación, llegar a las costas gaditanas y burlar la policía de costas se encuentra solo, en la calle, sin nada que llevarse a la boca y siendo consciente del engaño al que ha sido sometido. Que después de varios días de deambular asustado por la ciudad decide arriesgarse una vez más y pedir trabajo en una obra, por el que le pagan poco y mal y a la que dedica la mayor parte de su jornada siendo además totalmente sumiso por no enfadar a sus patronos y que descubran a la Ley su ilegalidad.
Todo ese gran esfuerzo, ahora se queda en nada. No hay trabajo y por supuesto, menos para él. ¿Debería volverse a casa, a su país, y perder todo el dinero, el esfuerzo y la dignidad invertidos? ¿Debería seguir intentándolo en otros trabajos que sabe de antemano no se encuentra capacitado para realizar? Puede que la solución sea seguir arriesgando, viajar por nuestra geografía hasta llegar hasta donde encuentre un mejor futuro, aunque sea fuera de la ansiada península.
2 comentarios:
No te engañes historiadora. Detras de esta decision, hay nula politica de immigraciona años atrás...pero no hablo de 8 años...si no de 4 tambien.....demasiado resultado electoralista.....a corto plazo por parte de todos los partidos politicos...y eso que no habia crisis....mentir, no solo lo hacia el del bigote y su séquito....tambien Mr Bean y los suyos......los ciudadano seguimos siendo tontos...
Jimmy
¡Bienvenido al mundo de los "vivos"! Se te hecha de menos, en el virtual y en lo real.
Por cierto: ¿mato tus dos blogs?
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