martes, 8 de septiembre de 2015

De la amistad y sus bajezas


Amigos: relación afectiva entre dos o más personas. Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato (fuentes: Wikipedia y RAE).

Es así.

Otras veces, esa relación afectiva se convierte, por momentos, en rabia, odio, reproches y malos gestos. Es la confianza. La tranquilidad de saber que uno puede mostrarse como es, hasta en los peores momentos, por qué el otro sabrá entenderlo. Es también pagar con el amigo la frustración y el malestar que a veces uno siente en su vida. Y por supuesto es entender que aun sabiendo que aquello uno no se lo merece, es tu amigo y pase lo que pase, eso lo perdonas por encima de todo, por qué le quieres.

Maneras increïbles de nacer. ¿Es posible? Sí.

Y el trato es imprescindible. Sin él no hay relación de amistad posible. Sin llamadas, mensajes, cafés, encuentros, cenas, conversaciones y confesiones. Sin ello, la amistad no se fortalece sinó que se debilita.

La vida me ha dado buenos amigos. Buenos de verdad. Y yo procuro mantenerlos como se merecen.

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