De lo que uno se entera...

 

Dentro de un rato voy a hacer una llamada un tanto absurda. Me atrevo a reproducir lo que creo que ocurrirà debido al alto conocimiento que tengo de la persona que va a recibir la noticia y de su forma de actuar ,y por supuesto, debido al tema en cuestión que quiero que hablemos:

ÉL- ¿Dígame?

YO- ¡Hola! ¿Qué tal?

ÉL- Ay hola, ¿qué tal estás? Yo bien, aquí trabajando un rato...

YO- Bueno hombre que tampoco te cansas mucho, jajajaja. Oye, acabo de enterarme de una cosa. ¿No tienes nada que contarme?

ÉL- ¿Yo? No sé, ah, bueno... te refieres... ¿y cómo lo sabes? ¿es imposible que te hayas enterado?

YO- ¡¡¡El facebook...!!!

Y resulta que acabo de enterarme de una de esas cosas que uno quiere decir, que le hace ilusión compartir en persona, que quiere ver la cara que pone el otro cuando lo cuenta, o que quiere oir la risa fácil de alegría al oir la noticia.

Y lo he sabido por el facebook, esa máquina de alcahuetear que a todos (o a la mayoría, aun quedan reductos de esa especie en extinción) absorvidos y sin la cual no imaginamos nuestras vidas. 

Soy fan de las nuevas tecnologías, de los nuevos métodos de comunicarse y de las redes sociales, pero hay cosas que YO quiero contar sin que nadie lo haya escrito antes.