La vida en ocasiones no da treguas. No es que yo sea tremendista ni pesimista en esencia pero es cierto que últimamente, la vida no nos trata bien. Hace 4 días enterramos a mi tío, el hermano de mi madre. Tras una muy breve pero dura y angustiosa agonía descansó para siempre jamás.
He sentido mucho su marcha pero sobretodo he vivido muy intensamente el proceso cuando puede que no me correspondiera. En fin, la familia está para ayudarse y a veces las cosas no son como a uno le gustaría.
La vida también está llena de cosas maravillosas y espero que al menos ahora, nos permita disfrutar de ellas una buena temporada.
Mi madre se lo merece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario