jueves, 27 de marzo de 2008

En llamas, el fin

Se me ha pasado por alto contar lo que pasó el primer día de mis vacaciones de semana santa: una de las empresas que yo llevo, una de las grandes y más numerosa en cuanto a trabajadores salió ardiendo debido a un fallo eléctrico en uno de los carros del almacén. Se trata de Nupik, una empresa que fabrica platos y vasos de plástico ubicada en Polinyà, muy cerquita de mi oficina. El almacén inteligente ha quedado hecho un amasijo de hierros y aunque ha ardido el techo de una de las naves de producción, no ha habido que lamentar daños personales.

Hoy he ido para realizar una sonometría a la segunda nave y al ver la imagen impactante de los escombros hundidos y de la nave de producción primera aún humeante me he venido abajo.

La vida es exactamente eso, algo que intentas construir a fuerza de mucho aínco, esfuerzo, ilusión, dinero y tiempo, y de golpe y porrazo, por razones ajenas a tu voluntad, se convierte en nada.

Estas cosas hacen que reflexione, y piense en que la vida hay que vivirla de verdad, saboreando cada segundo y disfrutando de cada instante.

1 comentario:

Lapoma dijo...

Despres de deixar la feina, he fet una cerca a google amb l'entrada "aragon 385". He arribat aqui i m'ha agradat llegir els teus posts.
Ahir vam parlar justament del que expliques en aquests post: com deien al club de los poetas muertos: carpe diem.
Passaré per aquí.
Sort !!!