Empieza nuestra despedida de solteros

Siete menos 10 de la mañana, suena el timbre de la puerta y a la vez, me llaman al teléfono móvil. Lo miro, es Paco, ¿a estas horas? ¿me lo ha parecido a mi, o han llamado a la puerta?

¡Que cabritos! Es lo primero que me viene a la cabeza. Bloggerman me dice: abre tú, yo voy a la ducha. No, abre tú, que ni siquiera veo con los ojos hinchados.

Efectivamente. Son Mar, Paco, Miner e Isa con una gran cesa de mimbre adornada con un globo en forma de corazón (monísimo), un cocodrilo de peluche, una caja de bombones (que por supuesto hemos empezado en ese mismo instante), una bolsa en forma de palo muy largo lleno de chucherías, donuts, cacaolat, una tarjeta gigante donde decía que en ese momento empezaba nuestra despedida de solteros (y también qué ropa debíamos ponernos en la maleta) y un rollo larguísimo de papel que cuando ellos se marcharan teníamos que desenrollar. Fotos y más fotos, con la mala cara, el sueño, la sorpresa...

Pues hemos desplegado el rollo de papel, claro está, y en resumen lo que pone es que debemos seguir las instrucciones que nos indican, buscar unas coordenadas en el Google Earth e ir recogiendo todas las pistas indicadas en todas las coordenadas que tenemos y todo a partir de las 19h de la tarde. A las 22h, nos esperan en algún lugar cerca de Tona, ya lo iremos averiguando.

Esto pinta bien, mucho secretismo pero bien. Ah, se me olvidaba: debemos llevar durante todo el fin de semana encima una varita mágica de color rosa yo y Bloggerman un micrófono enorme. La cosa promete, aunque evidentemente no podré contaros nada hasta que acabe este fin de semana. Prometo hacerlo.