¿Y si todo fuera un sueño?

Es algo que a veces me viene a la cabeza. De golpe, sin esperarlo, pienso en si todo lo que ocurre a mi alrededor fuese una falacia.

Ayer conversaba con él, y llegamos a la misma conclusión: somos muy afortunados. Nuestras vidas están llenas de cosas positivas: tenemos trabajos que aunque muy absorbentes, disfrutamos mucho, nos pagan bien por ello, disponemos de un piso en propiedad (aunque el socio mayoritario sea la entidad bancaria que nos prestó el dinero, claro), en él disponemos de todo lo que para nosotros es importante y necesario, tenemos amigos que nos quieren, gente a la que ayudar cuando es necesario y que está a nuestro lado incansablemente, nuestras familias nos quieren, respetan al máximo nuestras decisiones y nos apoyan en todos nuestros proyectos presentes y futuros, ya sean personales o en pareja y lo más importante, somos felices el uno con el otro.

Con todo ello, a veces pienso si todo lo que ocurre, es cierto, es verdad, se palpa o simplemente se sueña. Es demasiado bonito, tanto, que da miedo.

Supongo que en ocasiones las cosas no hay que pensarlas mucho, simplemente hacerlas, vivirlas, pues "la vida es sueño, y los sueños, sueños son" (Calderón de la Barca).