Verguenza en Montmeló

Yo no soy ninguna forofa de la Fórmula 1. Bien, de hecho, no soy forofa de nada, creo. No hay nada ni nadie que me haga perder la cabeza, nada ni nadie que me haga decir cosas de las que luego me arrepienta (para ser exactos, en petit comité sí que me exalto de vez en cuando, pero sólo con las injusticias), nada ni nadie que me haga hacer el idiota ni convertirme en quién no soy.

Está claro que de forofos, haberlos haylos. Y la prueba la tenemos en los hechos acontecidos el pasado sábado en el Circuit de Montmeló, cuando un grupo de racistas maleducados y egocentristas creyeron que la mejor manera de animar a su piloto favorito (Fernando Alonso por la escudería Renault) era gritando insultos y colgando pancartas con contenido ofensivo dedicadas en exclusiva al piloto de McLaren Lewis C. Hamilton.

No entiendo de carreras de coches, pero si de falta educación y lo que pasó, es una verguenza. Tuve la oportunidad de estar en el Circuit ese mismo día, y los hechos que tuvieron lugar por la mañana, se convierten en un insulto, no sólo para el piloto y su escudería, sino también para los casi 55.000 aficionados que pisaron el Circuit durante los entrenamientos.

Para hacer el gamba no hace falta moverse de casa.